Hay ciertas pautas que debes cumplir para llevar a cabo de forma correcta el estado de la cuestión. De igual forma, es necesario entender que este apartado debe reflejar de forma clara el conocimiento que se ha instaurado sobre una temática determinada. Además, en este apartado será posible comprobar si los objetivos y las ideas que hemos planteado al inicio del proyecto se amoldan (o no) a la tesis establecida.
No obstante, la confección de esta sección no se trata de una simple enumeración que describe ideas y conceptos. Más bien sería al contrario, ya que esta debe presentar una coherencia y cohesión de los argumentos que en ella se ven reflejados. De la misma manera, evidenciará que, como investigadores, tenemos total dominio de la problemática que elegimos desarrollar en nuestro TFG.
Parece complicado, pero no te preocupes, no lo es. De hecho, para que tu Estado de la Cuestión cumpla con las características anteriormente mencionadas, te detallamos una serie de pasos junto con algunos ejemplos para que puedas comprender ya desde la práctica cómo aplicar los consejos que te hemos dado a lo largo de este artículo.
1. Búsqueda de bibliografía para el estado de la cuestión
En esta etapa debes reunir toda la información bibliográfica que te permitirá desarrollar este apartado. Para ello, puedes recurrir a distintas fuentes, como libros, revistas científicas, artículos u otras publicaciones que se encuentren relacionados con tu objeto de estudio.
2. Análisis de la bibliografía para el estado de la cuestión
Una vez reunida la documentación, te animamos a que la revises en detalle para realizar una criba y así descartar las fuentes que no se encuentren directamente relacionadas con el tema y objetivos de nuestro proyecto, ya que no serían tan relevantes para la investigación. Este paso es fundamental y prueba de que existe una mínima seguridad y rigor científicos en cuanto al estándar de calidad, tanto para el autor como para los lectores del escrito, ya que las publicaciones utilizadas estarían guardando una estrecha relación con nuestro trabajo.
3. Análisis de las líneas de investigación
A partir del desglose de la información recopilada es primordial identificar los conceptos más relevantes de los autores que tomamos como referencia para el proyecto. A partir de esto, tendrás que empezar a separar por especificidad la información recopilada. De esta forma, podrás estructurar de forma clara y sencilla el contenido que integrará el estado de la cuestión de tu escrito.
4. Redacción del estado de la cuestión
El último paso, que es el de comenzar a redactar el apartado, puede parecer el más complicado, pero no lo es, ya que en este estadio tienes todas las herramientas necesarias para ejecutar un buen trabajo. Recuerda que un buen estado de la cuestión debe demostrar que dominas el tema investigado. A su vez, este debe plasmar de forma correcta el estado de conocimiento sobre la problemática trabajada que tienes como investigador. Con todo, tendrá que demostrarse en él, también, que el trabajo se ha realizado respetando criterios académicos y siguiendo las normas de estilo, citación y redacción que hayas acordado utilizar previamente.
Ejemplos de estado de la cuestión
A continuación, te dejamos dos ejemplos del estado de la cuestión. Observa cómo los autores han desarrollado este apartado para cumplir con las exigencias de sus examinadores. Estos ejemplos de Estado del Arte han sido elaborados siguiendo los pasos que hemos detallado un poco más arriba.
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